Mi hijo perdió el año ¿Qué hago?

Mi hijo perdió el año

Mi hijo perdió el año.

Por fin llega el fin de año y lo único que quieren los niños es descansar, divertirse y olvidar todas las obligaciones escolares. Lastimosamente hay chicos que no tienen esa suerte porque perdieron el año o reprobaron algunas materias.

¿Cómo reaccionar?

Ellos automáticamente se preparan para las intransigencias, las presiones y los regaños por la desilusión que representan para sus papás. Lo que estos padres no saben es que las reacciones tan drásticas no son la respuesta correcta ante esta nueva oportunidad. Aquí puedes leer cómo mejorar tu concentración.

Para muchos padres, perder el año es sinónimo de desilusión, fracaso y vergüenza. Pero ahora, ponte a pensar que tu hijo está en una etapa de formación y por eso es natural que falle en muchas cosas. No puede ser juzgado con la severidad con la que se juzga a un adulto. Ellos se están adaptando al desarrollo educativo y académico, asi que tienen que acomodarse a los modelos que les impone el colegio, ya sean funcionales o no.

De este modo, es imprescindible aceptar que, de necesitarlo, es mejor que tu hijo pierda el año. De lo contrario, si se le concede la gracia de pasar al siguiente curso con conocimientos inestables e inseguros aprobar el año será cada vez más difícil.

 

Oportunidades

Perder el año es una oportunidad valiosa para descubrir la manera correcta y efectiva con la cual tu hijo se sienta cómodo aprendiendo. No lo hagas sentir mal por no ser la persona que tú quieres que sea. Si le vas a decir algo procura que entienda que aunque falló, lo sigues queriendo y afortunadamente tiene otra oportunidad. De esta manera, es más factible que él mismo empiece a madurar y a ser consciente de que necesita cambiar algo. Aquí puedes leer un cómo encontrar el mejor método de estudio para tu hijo

Ahora, para afrontar el bajo rendimiento académico comienza por lo más básico: identifica cuál es el problema mayor: la metodología del colegio, analiza situaciones emocionales. La mejor manera de hacerlo es dialogando con tu hijo. Pregúntale con cariño y con comprensión, finalmente el problema lo tienen que afrontar ambos. Recuerda que primero va la autoestima y luego la inteligencia, ya que ella motiva a las personas a ser mejores.

Muchas veces el mismo chico no sabe cuáles son los problemas, así que busca opciones: por ejemplo, puedes explícarle tú mismo un tema sencillo con otros métodos, así conocerás más a tu hijo y tendrás más posibilidades de entender el problema.

Estos consejos no son en vano. En IPLER, nuestros sicólogos aseguran que no valorar estas oportunidades y hacerlo sentir como un fracasado puede generar en tu hijo una fobia hacia el colegio y provocar deserción escolar.

 

Estas son las cosas que NO debes hacer como padre:

-Nuestros sicólogos en IPLER reconocen que muchos padres le dan excesiva importancia al intelecto en asignaturas de ciencias exactas y no a otro tipo de habilidades ni capacidades. Por esta razón sienten más frustración que los mismos hijos.

-Jamás le digas a tu hijo: “Me estás haciendo perder el dinero”, “ya no te voy a matricular porque es muy costoso”, “no te gusta ningún colegio”, generan más inseguridad y resistencia. También, evita los castigos excesivos, sin sentido y que no se relacionan “No hay regalo de navidad”, “ya no nos vamos de viaje”. Sin embargo, tu posición frente al fracaso no debe limitarse dentro de la severidad o la tolerancia excesivas. No hay nada más dañino para un chico que la ausencia de normas y la permisividad.

-Lo injusto y denigrante es que encasilles a tu hijo como un vago o un bruto. Entre más lo repitas vas a destrozar su confianza, finalmente lo va creer y se resignará a seguir igual.

-Por más útil que te parezca, no le recalques ni exageres las repercusiones de esta falla en un futuro, porque la mayoría de chicos no rinden bajo presión.

-No acostumbres a tu hijo al trabajo por recompensa, ya que nunca se sentirá comprometido a trabajar de manera correcta por metas personales si no hay una recompensa superficial.

-No lo compares con sus amigos o con los hijos de alguien. Todos somos diferentes. Hay chicos que sencillamente se les facilitan la comprensión y la práctica de muchos temas, pero este porcentaje de niños cada vez es menor. Si lo quieres comparar, ponle una referencia exitosa que alguna vez haya estado en su misma situación, así no se sentirá frustrado.

-Finalmente un consejo académico: no lo asfixies con asignaturas que para el son pesadas y densas. Según nuestros profesores en IPLER las actividades lúdicas permiten superar inseguridades, temores y reacciones agresivas. Además lo apoyarás para que descubra otro tipo de talentos.

 

Siempre piensa en las consecuencias que tienen tus palabras sobre tu hijo. Lo que más le preocupa es tu reacción, mas no el hecho de reprobar el año. Por esto, no va a sentir responsabilidad frente a sus obligaciones, sino frente a tu opinión.

 

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